Las vastas ciudades de los muertos, debajo de las combiantes arenas de Egipto, no sólo contienen restos humanos, sino también los cuerpos momificados de millones de animales, todos ellos cuidadosamente envueltos en lino, y muchos de los más pequeños guardados en recipientes cerámicos.
Los Egipcios creian que estas criaturas, que incluyen toro, gatos, pájaros, monos, roedores, e incluso insectos y huevos, encarnaban cualidades de dioses especificios, y debido a este status divino eran respetados en la vida y enterrados con honores y rituales depues de su muerte.
Los animales, no eran considerados como auténticos dioses, sino tan sólo sus manifetaciones terrestres.
En algunos casos, cada miembro de una especie podía ser imbuido de la divinidad, todos los gatos, por ejemplo, respresentaban a la diosa de la fertilidad Bast, todos los ibis y babuinos, al sabio Tot, y cada halcón al dios del cielo Horus.
Muchas especies parece que fueron ciradas en cautividad en varios centro de culto, muertos y embalsamados ritualmente, y luego vendidos para ofrendas a los dioses.
En el caso del cutl al toro Apis, un macho especial servía para representar al dios Phah.
La adoración a los toros, y de los animales en general, se remonta a la era predinástica., donde cada poblado tenía su propio Dios y sus animales totémicos.
Algunos dioses y sus representantes alcanzaron una importancia nacional transmitiéndose a los tiempos grecoromanos.
Toro Apis.