En el año 1994 un grupo de científicos se adentra en las interminables masas de permafrost (hielo profundo y muy antiguo) que el cambio climático está debilitando cada vez más. Descubren lo que andaban buscando: un espectacular ejemplar de mamut lanudo (Mammuthus primigenius) atrapado en el hielo y en buen estado, debido a la temperatura de 20 grados bajo cero en la que ha estado durante cerca de 20.000 años. Conserva incluso mechones de pelo.
La historia de la primera obtención del genoma de un animal extinguido comenzó con el hallazgo de un mamut congelado en algún lugar de la Siberia más septentrional. Y ha finalizado hoy con la publicación en la revista Nature de la secuenciación del material genético (ADN nuclear) del mamut lanudo, un animal que se extinguió hace más de 3.500 años.
El trabajo abre la puerta a la posibilidad de rescatar a esta especie de la extinción, aunque el camino es largo y lleno de enormes dificultades.
«Una secuencia genética no hace a un organismo vivo», afirma Jeremy Austin, director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida (Australia), «tenemos una secuencia parcial del genoma del mamut y con un número considerable de errores, sería como tratar de construir un coche con el 80% de las piezas y sabiendo que algunas están rotas».
El procedimiento empleado por los investigadores es algo diferente del empleado en el Proyecto Genoma Humano. Casi cualquier muestra biológica está de alguna forma contaminada por bacterias, hongos u otro tipo de microorganismos, aunque haya permanecido congelada a 20 grados bajo cero durante alrededor de 20.000 años, como lo estuvo la muestra principal utilizada en el trabajo. Sin embargo, esto no fue un problema para los científicos. La técnica utilizada permite obtener un extracto de todo el ADN presente en el pelo del mamut, romperlo en pedazos y separar después, mediante un proceso informático, el perteneciente al animal del Pleistoceno de aquel procedente de otros organismos microscópicos.
Una vez separado, llega el momento de ordenar el material genético perteneciente al mamut. Para ello, se usa el genoma del elefante como patrón, lo que permite averiguar, como se ha comentado más arriba, que la muestra contiene entre un 70 y un 80% del genoma completo. El resto se infiere mediante complejos procedimientos comparativos.
Fuente:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/19/ciencia/1227112829.html