Representación en La cueva de Lascaux en Francia de un Tarpán, (Equus ferus) era un caballo salvaje euroasiático. El último ejemplar de esta especie murió en el zoo de Moscú en 1875. Existían dos tipos de Tarpanes: el Tarpán de las estepas y el Tarpán forestal y medían alrededor de 1.30 metros a la altura de la cruz.
La Historia del Caballo sobre la tierra es fascinante. El Origen del caballo sobre la Tierra se sitúa en Norteamérica, de allí paso a Sudamérica y Asia a través de Beringia, el itsmo que unía entonces a América con Asia. Llegó a Europa y de aquí paso a África. Hace unos 15.000 años el hombre se presentó en América y en unos miles de años el caballo fue exterminado hasta extinguirlo en toda América. Solo con la llegada de los conquistadores Españoles a principios del siglo XVI, el caballo volvió a su lugar de partida para colonizar de nuevo el continente.
Pero, ¿Cuando consiguió el hombre domesticar a este hermoso animal, tan valioso como versátil para realizar distintos tipos de trabajos?
Los descubrimientos realizados por un equipo de la Universidad de Exeter (Inglaterra), dirigido por Alan Outran, recientemente publicado en Science concede 1.000 años más de antigüedad a la domesticación del caballo.
Paul Bahn sugirió y publicó en los años 80 la existencia de pruebas sobre dicha domesticación por parte de homínidos del Paleolítico superior hace más de 12.000 años, basándose en desgastes en molares y pinturas rupestres de la misma época, conjeturas que no fueron aceptadas por el convenio científico. Según opina Eudald Carbonell Roura en su Blog Sapiens no deberían descartarse estas hipótesis, pero hacen falta pruebas empíricas más contundentes.
Las pruebas arqueopaleontológicas que ahora aporta este equipo, acerca del tamaño de los especímenes encontrados y los desgastes producidos por algún objeto en los molares de estos herbívoros, indicaría que a estos animales se les habría puesto una brida para controlarlos y dirigirlos hace unos 5.500 años. Los hallazgos y el análisis zooarqueológico realizado del valle del río Iman-Burluk en el Norte de Kazajastán sobre los restos esqueléticos fósiles craneales y postcraneales de équidos parecen concluyentes: los grupos de homínidos de esta región en la prehistoria utilizaban este animal bien adaptado al clima y a la ecología de la zona para conseguir bebida, carne y transporte. El análisis de materiales orgánicos en fondos de vasijas indicaría que éstas habían contenido leche fermentada procedente de estos herbívoros.
La existencia de dos subespecies en la región en el mismo momento indica que los homínidos de la época habrían humanizado a rebaños de équidos que con el tiempo, por selección natural y técnica, cambiarían su morfología, siendo los domesticados más grandes y gráciles que sus congéneres salvajes.
Seguramente la socialización del uso del caballo en las frías y amplias estepas de Asia central fueron los responsables de los grandes movimientos humanos Este-Oeste posteriores.
Fuente:
Sapiens