El primer material que utilizó el hombre para dibujar fue una rama carbonizada de sauce, de vid o de nogal: el carboncillo. Un medio primitivo usado por los griegos, los romanos, los artistas de la Edad Media y del Renacimiento, con el que proyectaban y dibujaban sus murales. En el siglo XVI, cuando se descubrió el fijador, el carboncillo sobre papel blanco y azulado era el medio favorito de los venecianos Tiziano y Tintoretto, mientras Guercino era un entusiasta del carboncillo bañado con aceite de linaza, con lo que se conseguía un negro más intenso y estable.
Como variantes del carboncillo y el lápiz carbón se fabrican varios productos de excelente rendimiento y calidad. Son de carbón vegetal o artificial, comprimido, en algunos casos mezclado con arcilla y añadiendo siempre sustancias aglutinantes, logrando en conjunto la estabilidad del lápiz carbón y (sobre todo en las gradaciones blandas) la intensidad y fluidez de los colores al pastel. Cabe destacar las minas redondas con mezcla de arcilla de un negro intenso, mate, inalterable e incluso difícil de borrar.
El pintar al carboncillo es todo un reto, aunque se puede modificar y borrar, es la base principal para cualquier pintor, yo pienso que para pintar, hay que saber dibujar, y el dibujo se empieza con lapiceros.
Hay grandes ártitas que tienen obras en carboncillos, y bocetos de obras acabadas finalmente en oleo, que siendo eso, un boceto, han sido pagado en colecciones de pintores, igual o más que el cuadro al oleo.
Una vez encajado el dibujo, el darle la profundidad, brillo, sombras, es difuminar el propio dibujo o darle más carboncillo en partes que lo requiera.
Es una técnica más, dentro del Arte... de la pintura, y digna de mencionar.
Saludos.