Se cumplen 200 años del nacimiento de Darwin. Y 150 años del nacimiento de la teoría de la evolución como concepto científico. Y 154 años de la publicación del descubrimiento del gen. Y aproximadamente 70 años de la teoría sintética de la evolución. Y todavía la seguimos pifiando. La materialización de este espíritu de incomprensión científica se evangelizó (una vez más) con la reciente publicación del fósil llamado
Darwinius masillae. Se reveló el mensaje y el diablo se vistio de blanco. Las sombras corretearon por entre las serpientes nacidas de la tinta maldita y de mis ojos nació el fuego y el dolor. Cientos de titulares se publicaban continuamente y no hubo fuerza natural que detuviera ese ritmo de errores por palabra cuadrada. Nuestro querido compañero LaBaracA nos trajo la noticia correctamente; aquí pretendemos poner las cosas en su sitio y hacer entender por qué los otros medios de prensa están tan equivocados. Ésta pequeña monografía se presentan los conceptos paleontológicos que entran en juego en ésta amalgama de desconcierto.
Algunos de estos horribles titulares son:
- Descubierto el antepasado humano más primitivo
- ¿Es el fosil de 47 millones de años Darwinius masillae el eslabón perdido?
- ¿Será Ida el verdadero eslabón perdido?
- Presentan fósil Ida, el posible eslabón perdido
Y ya infinitamente conmovedores son los publicados en la nacion.com y en ABC.es:
- Descubren un fósil de transición entre primates y lemures que confirma las teorías de Darwin
- Científicos hallan el eslabón entre humanos y lémures
Si agrupamos todos estos titulares en un supertitular que abarque todos los demoníacos conceptos que en ellos se muestran, tendremos la preciosa o desgarradora frase:
Descubierto el fósil eslabón perdido entre humanos y lemures que confirma las teorías de Darwin
No hace falta siquiera que incluya la palabra
Darwinius o
Ida en mi correcto y preciso titular que refleja fielmente la realidad porque, sencillamente, tal fósil no puede existir.
Analizemos la frase por partes:
Parte 1: "Descubierto el fósil eslabón perdido"
Darwin publicó hace 150 años, es decir, en 1859, un libro llamado (nombre abreviado)
El origen de las especies. Aquí nació el concepto de selección natural. En 1871 publicó el libro llamado (nombre abreviado)
El origen del hombre, donde extrapolaba las conclusiones del anterior libro a la situación del ser humano en el árbol de las especies biológicas, como descendiente de los primates. Todavía no existía evidencia fósil. No existía ningún fósil reconocido que fuera, ni más primitivo que los hombres, ni ningún tipo de chimpancé avanzado, ni tampoco con características intermedias. Darwin era consciente de que hacía falta dicho fósil de características intermedias para sostener su hipótesis, al que llamó eslabón perdido.
En 1829 y 1848 se descubrieron los dos primeros fósiles neanderthales,
Engis 2 en Bélgica y
Gibraltar 1 en España respectivamente. Se los consideró simplemente como humanos con características especiales. En 1856 se descubrió en Alemania un fósil al que se le apodo
Neanderthal 1. Quedaban todavía 3 años para la publicación del concepto de selección natural de la mano de Darwin. En 1963 se propuso oficialmente que el fósil pertenecía a una nueva especie humana, el
homo neanderthalensis. Es en éste momento cuándo, por primera vez, se establece oficialmente la idea de que el hombre ha estado sustento a evolución. No se reconoció al hombre de neanderthal como al eslabón perdido necesitado por que era muy parecido al ser humano, aunque anatómicamente algo más robusto y, por tanto, de apariencia más arcaica. Los evolucionistas interpretaron al hombre de neanderthal como un antepasado evolutivo cercano del
Homo sapiens.
En 1891, Eugène Dubois descubrió un nuevo fósil en Indonesia. Éste sí, éste presentaba características intermedias entre los humanos y los primates. Éste sí era el eslabón perdido. Se le denominó
Hombre de Java o
Pithecanthropus erectus. Hoy se lo conoce como
Homo erectus. Además hoy se sabe también que muy probablemente el
Homo erectus no fuera antepasado del hombre. El debate fué cerrado, el eslabón común había sido encontrado. Si hoy en día se puede hablar de eslabón perdido, éste hace referencia al género
Australopithecus.
Pero ocurre que el concepto de eslabón perdido hoy no es un termino científico, y no sólo porque sea un término informal, sino porque no es correcto. La evolución tiene forma de árbol. Un eslabón es una pieza perdida de una cadena. Los árboles no pueden tener eslabones, ni siquiera en el sentido más metafórico de la palabra. Hoy en día, aunque puede justificarse su uso en ciertos contextos, existen términos más rigurosos además de elegantes, como veremos a continuación.
Parte 2: "entre"
Partiendo de la base anterior, aclararemos conceptos relacionados y la importancia de la palabra "entre" en ellos. Cuatro definiciones actuales son las que rodean al antiguo concepto de eslabón perdido:
fósil transicional,
ancestro,
ancestro común y
ancestro común más cercano.
Fósil transicional
Un fósil transicional hace referencia a los restos fosilizados de algún individuo de una especie transicional. Una especie transicional siempre debe hacer referencia a dos especies más. Si la especie
x es una especie transicional
entre las especies
y y
z, significa que
x es descendiente evolutivo de
y y además antepasado de
z. Dicho de otro modo, en la linea evolutiva que va de
y a
z,
x se encuentra en algún punto intermedio. De éste modo, fósiles transicionales se pueden encontrar muchos, tantos cómo fósiles existan en la línea que va de
y a
z, que puede ser tanto los fósiles que existan entre el primer
australopithecus (
Australopithecus anamensis) y el primer
Homo sapiens, así como a todo fósil que pertenezca a la línea evolutiva directa que va desde el primer pez lobulado a las jirafas.
Ancestro
Un ancestro es cualquier antepasado de otra especie. Si la especie
x es un ancestro de
y, entonces existe una linea evolutiva directa de
x a
y. Cualquier descendiente de
y tiene a
x como ancestro, y cualquier ancestro de
x es también ancestro de
y. Un fósil transicional
x entre dos especies
y y
z es a su vez ancestra de
z. A su vez,
y es ancestra de
x. Evidentemente, y tal cómo acabamos de anunciar,
y es ancestra de
z por ser ancestro de su ancestro
x. El concepto no entraña más dificultad que la de entender que tu abuelo es tu antepasado, por ser antepasado de tu padre.
Ancestro común
Concepto igual de sencillo que el de ancestro. Valga la metáfora genealógica anterior: si un padre tiene a más de un hijo, y cada hijo forma su familia y tienen su descendencia propia, el padre será ancestro común de las lineas genealógicas de cada uno de sus hijos. Análogamente, una especie
x es ancestra común de las especies
y y
z si es ancestra de ambas, es decir, común. Nuevamente, el concepto es de parvulario, pero hace falta resaltarlo para notar las diferencias con conceptos que se entrañan similares. Un ancestro común es ancestro de cada uno de sus descendientes individuales, y también especie transicional entre cualquier fósil antepasado y cualquiera de sus descendientes.
Ancestro común más cercano
El ancestro común más cercano
x de las especies
y y
z es aquel ancestro común de ambas del que además no existe ningún descendiente de
x que sea también ancestro común a ambos. Dicho de otro modo, el ancestro común más cercano es el último ancestro común a partir del cual las lineas evolutivas que llegan a
y y a
z se dividen. Puede decirse que es el punto de divergencia evolutiva.
Una última puntualización sobre la relación entre ancestro y fósil. Los fósiles que corresponden a especies que son ancestros comunes, o simplemente ancestros, o los fósiles transicionales, son fácilmente identificables. Lo que no es igual de fácil es saber si un fósil es un ancestro común más cercano. Si pensamos y tenemos muy en cuenta que los cambios son graduales, que cada cierta cantidad de tiempo se añade un nuevo cambio ínfimo, y el conjunto de cambios va moldeándose, tomando forma, especializándose, es muy muy dificil saber a partir de qué punto exacto de esa cadena derivaron las especies siguientes. Más aún, a sabiendas de la poca cantidad de fósiles disponibles, en comparación a la cantidad de especies que debieron existir, la probabilidad de encontrar un fósil que sea el ancestro común más cercano de dos especies conocidas es prácticamente nula. Incluso teniendo a ése especimen en nuestras manos, hay verdaderamente pocas garantías de saber que ese fósil es realmente ancestro común más cercano de cualquier otra pareja de fósiles o de especies. Incluso llevándo éstos resultados al extremo, el concepto de especie queda en entredicho, ¿a partir de qué punto, un nuevo cambio ínfimo gradual con respecto al último forma a la nueva especie?, desde luego la pregunta induce rápidamente a la controversia.