Los Leones de Tsavo, un estudio analiza su comportamiento como devoradores de Humanos Foto: Los célebres Leones de Tsavo pasan sus días disecados en el The Field Museum. Fueron conocidos como Ghost (fantasma) y Darkness (oscuridad), basándose en la mitología local, que hablaba de dos guerreros reencarnados en demonios leones | Vía El País
Todos los animales huyen del hombre, es un instinto de supervivencia que se ve reforzado generación tras generación, y que lamentablemente suele traer consecuencias fatales para aquellos animales que lo desoyen.
Cuando es un León el que no atiende a este instinto, es más da un paso radical, pasando a considerar a los humanos como dieta fácil, la cosa se pone complicada.
Los dos leones de la imagen, conocidos como los Leones de Tsavo y de los que se rodó la película
Los demonios de la noche en 1996 contando su historia, eran dos machos que sembraron el terror durante nueve meses entre los trabajadores del ferrocarril que se construía en la zona de Tsavo y los lugareños de la etnia Taita. Actuaban siempre en pareja, en esa zona de altos matorrales con pinchos que impedían a sus víctimas verlos venir. La compañía Ferrocarril de Uganda documentó 28 muertes de sus trabajadores debidas a los leones, y el coronel Patterson que finalmente les dio caza elevó la cifra total, incluyendo los agricultores y pastores Taita, a 135.
Algunos de los cráneos de las víctimas fueron recogidos en 1929 por el famoso paleoantropólogo Louis Leakey y ahora están en el laboratorio británico Duckworth, especializado en restos de primates.
Científicos de varias especialidades de Estados Unidos y el Reino Unido han analizado material de los dientes y del pelo de los dos leones y han comparado su composición isotópica en carbono y nitrógeno con material equivalente de leones actuales de la zona y de animales herbívoros que pueden ser presa de los leones, así como con hueso de los antepasados de los Taitas.
Han llegado a la conclusión de que los dos leones tuvieron durante gran parte de sus siete u ocho años de existencia una dieta normal, basada sobre todo en animales herbívoros como la cebra y el órix. Mientras que ambos añadieron progresivamente a su dieta animales como la jirafa y el antílope,
sólo uno de ellos se especializó en comer humanos, que en las semanas finales de su vida constituían el 30% de su dieta. Así que sólo uno de la pareja era de verdad un león devorador de hombres, aunque posiblemente el otro también ingiriera ocasionalmente restos humanos. Además, los investigadores consiguen una aproximación al número real de víctimas, que es de 34.
Los investigadores explican que hay datos concluyentes de que
Tsavo en 1898 sufría diversos tipos de estrés, naturales o causados por el hombre, que habrían hecho escasear las presas naturales del león. Sólo uno de los leones obtuvo ventaja nutritiva de los humanos, seguramente porque somos demasiado pequeños para ser alimento de dos leones.
Yeakel y Nathaniel J. Dominy de la Universidad de California y sus colegas publican el resultado de su estudio en la revista PNAS. Subrayan que
los dos animales presentaban graves deformaciones craneodentales, lo que pudo influir en que incluyeran en su dieta a los humanos.
En la sociedad de los Leones, lo normal es que un macho forme grupo con cuatro o cinco hembras, que son las que cazan, seguramente debido a sus problemas físicos no tuvieron acceso a las hembras y no les quedó más remedio que unirse como pareja para defender un territorio que entonces tenía mucha más vegetación que actualmente.
Colaboraban en los ataques, a humanos y a otras presas, pero no comían lo mismo. Atacar humanos era más peligroso, pero no tenían otro remedio, creen los investigadores, ya que no eran buenos depredadores.
Al elaborar el artículo me ha resultado chocante la ausencia de melena de los Leones, hay varias teorías, pero parece ser que esta característica que no es exclusiva de estos Leones ni de la región de Tsavo, está presente en muchos otros ejemplares y zonas de África, y sería una característica de los Leones que habitan en zonas espinosas con mucha vegetación.
Fuente:
El País