En 1.982 Howard Mcnickle descubrió en Pilbara (Australia) lo que él llamó Spear Hill, el primero de los 28 complejos de petroglifos que abarcaba una zona de grandes rocas graníticas, afloramientos y colinas. Pilbara es la zona más rica en petroglifos de Australia y en ella se pueden contabilizar miles o quizás incluso millones de imágenes grabadas en roca.
Hasta el momento nadie ha podido fechar estas figuras, pero si que al menos puede asegurarse que son prehistóricas, algunos cuya pátina oscura se ha rehabilitado deben ser antiquísimos.
La mayoría de las figuras se hayan en rocas verticales, aunque algunas se hallan en frágines pavimentos horizontales que se rompen, si se camina sobre ellos. De hecho este es uno de los más importantes problemas para su estudio. El contraste de color es impresionante y visible a una cierta distancia. Los paneles representan a figuras humanas estilizadas, animales como los canguros y pájaros como los emúes o incluso figuras geométricas y abstractas. Muchos de los animales aparecen atravesados por lanzas en vistosas escenas de caza. Algunas figuras humanas aparecen representadas con exagerados órganos sexuales y un par de esas figuras están dibujadas a modo de radiografías, con parte de la anatomía interna a la vista. Ya nos podemos imaginar como consiguieron averiguar la forma de esos órganos internos
Hoy día se puede visitar una exposición permanente de estos petroglifos en el Western Australian Museum de Perth.

