Origen del Imperio Español. Catalano Aragoneses en el MediterraneoEn este tema veremos como las tácticas de combate innovadoras son capaces de dar la victoria al bando menos poderoso contra ejércitos más grandes y poderosos. Este es el caso español durante la edad media, antes de convertirse en el llamado “Imperio donde nunca se oculta el sol”. Estas innovaciones fueron básicamente las aplicadas en materia naval y al enfrentamiento con que los almogávares hicieron frente a los caballeros franceses y a los otomanos.
Roger de Lauria: gracias a sus tácticas navales, venció a los franceses en el mar.
En el siglo XIII Europa seguía su transformación política-territorial moderna. El llamado “Imperio de Occidente” (El Sacro Imperio Romano Germánico) llegó al máximo de su expansión con Federico II Hosteutafen, a la vez que se extinguió al perder sus dominios italianos debido al impacable y cruel Carlos II de Anjou, que derrotó y encarceló a los últimos descendientes del mencionado emperador.
Los estados franceses y el Sacro Imperio llegaban al momento crítico para determinar cual “potencia” era más fuerte, resultando en la batalla de Bouvines vencedores los franceses, gracias al rey Felipe Augusto. Éste rey, muy perspicaz, renuncio a la tercera cruzada prefiriendo encargarse de los asuntos franceses, supo sacar provecho a la cruzada cátara, donde tampoco se inmiscuyó, y al final se adueñó de Occitania, siendo el promotor de la unión de Francia. En España, al lograrse una momentánea unión en batalla entre la realeza y la nobleza, se obtuvo la gran victoria de Navas de Tolosa sobre los almohades (1212), gracias a la ayuda también de los templarios.
Durante la batalla de Muret, el rey Pedro II salió en ayuda de sus súbditos del Languedoc, pero fue derrotado y muerto debido a la mayor experiencia en batalla de Simón de Montfort, veterano de la IV cruzada, que dividiendo a su caballería, escapó de un asedio y derrotó a un ejército aragonés superior en número. El hijo del rey, Jaime, fue rehén del normando, hasta que gracias por la intervención del papa, fue liberado y criado por los templarios en el castillo de Montzon. Aquí aprendería el arte de la milicia, lo que le ayuda a aplacar a la nobleza y conquistar Mallorca y Valencia en manos musulmanas, por lo que se ganó el apodo del “Conquistador”. Con la conquista de estas islas, se da el primer pequeño paso a lo que sería el inmenso imperio español, tres siglos después. En la toma de Ibiza, Jaime I de Aragón utilizó las catapultas tipo Trebuchet, que podía disparar una piedra de 11 kg a unos 182 metros. Bastaron 10 disparos para que la fortaleza de Ibiza se rindiera.
Almogávares en Mallorca. Eran parte de las tropas de Jaime I, compuesta además de caballeros.
Réplica del trabuchet, una de las catapultas que se usó en Mallorca.
Carlos de Anjou fue el preferido del papa para sustituir a sus rivales Hostenutafen en el sur de Italia. En la batalla de Benevento había vencido a Manfredo, padre de Constanza Hohenstaufen, esposa de Pedro III, por lo que tenía sus hijos derechos a la corona de Sicilia. Los sicilianos odiaban a los franceses, que llegaron tratándolos como inferiores y colmándolos de impuestos. En las llamadas “Vísperas Sicilianas”, varios caballeros requisaron a varias damas sicilianas pensando traían armas en sus vestidos, esto desató la furia de la población y el amotinamiento de toda la isla. Los franceses fueron asesinados y Carlos de Anjou huyó a Francia. Esté desvió a Sicilia una flota naval que tenía lista para salir a invadir Constantinopla, por lo que los sicilianos llamaron en su ayuda al yerno de Manfredo, el prudente y poderoso rey Pedro III de Aragón, al cual le ofrecieron la corona de Sicilia, haciendo valer los derechos de sucesión de su esposa Constanza. En el verano de 1282, desembarcó Pedro en Trapani, siendo recibido como libertador.
Las tropas mas destacadas de Pedro III fue su infantería ligera, formada por mercenarios almogávares. Estos indisciplinados mercenarios llevaban un casco abierto de hierro, un chaleco de piel de oveja sin mangas, la abarca (una túnica) y unas sandalias ligeras pero resistentes. Su armamento lo componían las jabalinas, capaces de atravesar las armaduras y un cuchillo (el colltell) mezcla de puñal y cuchillo de carnicero. Los almógavares aprovecharon su movilidad para derrotar a los pesadamente armados y protegidos caballeros franceses, a los que derribaban de sus caballos, emboscándolos en terrenos pantanosos, y tras sus pesadas y previsibles cargas, una vez en el suelo, le daban la estocada con sus temidos colltell,
Comenzaba también la guerra naval: La flota aliada aragonesa siciliana infligió varias derrotas a la flota de Carlos de Anjou, en la que destaca la batalla de Malta.Dicha batalla se dio el 8 de junio de 1283, siendo la primera victoria de Roger de Lauria. La innovación táctica hecha por el almirante italiano para esta batalla fue amarrar a sus galeras para unirlas en un solo gran bloque. Esto permitiría tapar la salida de la flota francesa en Malta, y permitir a sus guerreros pasar de una galera a otra (estaban unidas por cadenas y tablas) para hacer frente a los intentos de abordaje franceses. El uso de las ballestas por los soldados, así como otras instaladas en las galeras, fue otro aporte del italiano. Los aragoneses perdieron 300 hombres mientras que los angevinos entre 3500 y 4000. Los navíos aragoneses eran mas altos y poseían baluarte elevados, en donde se podían esconde los hombres durante el intercambio de proyectiles. La flota aragonesa contaba con ballesteros catalanes, considerados de lo mejor de la época, y su infantería ligeramente acorazada, formada por mercenarios almogávares.
galera
La victoria se consolidó un año después en la batalla del golfo de Nápoles, el 5 de junio de 1284. En dicho combate, el almirante Roger de Lauria sacó del puerto a la flota angevina simulando una huída. La batalla tuvo lugar a varios kilómetros de tierra firme, siendo muy dura, hasta que los barcos ocultos de la reserva aragonesa atacaron a los angevinos por la retaguardia. Al parecer, de Lauria recurrió a todas las tretas sucias posibles, incluidas arrojar bombas incendiarias, recipientes de fósforo y bores llenos de jabón contra las cubiertas angevinas. El 23 de junio, los aragoneses con 40 barcos, volvieron a derrotar a una flota francesa de 80 barcos. Esta batalla, llamada de los Condes ya que en ella participaban varios condes franceses, volvió a demostrar lo vital que es conocer el mar para ganar batalla en él. Roger atrajo a los angevinos fuera del puerto, disparando contra la costa y lanzando insultos. Cuando los angevinos abandonaron el puerto, sus barcos no tardaron en desperdigarse, por lo que pudieron ser atacados separadamente por los barcos aragoneses que eran además mas maniobreros. La batalla duró todo el día, atacándose en particular a los barcos que llevaban a los condes franceses, que con sus pesadas armaduras, y listos para realizar abordajes, no podían mantener bien el equilibrio a bordo. Al final del día se habían capturado 40 barcos angevinos y hecho 5.000 prisioneros.
La mentalidad de combate terrestre afectó a la táctica naval francesa. Compuesta por ejércitos de caballeros nobles, sus pesadas armaduras no les permitían un equilibrio adecuado a bordo, perdiendo el equilibrio con facilidad.
En 1284 ocurrió la llamada “Cruzada Aragonesa”, cuando el rey francés Felipe III intentó poner en el trono de Aragón a su hermano Carlos de Valois. Pero los franceses fueron derrotados en el mar, gracias al almirante genovés Roger de Lauria, a las órdenes de Pedro III. En la batalla naval de Formigues, la flota naval francesa es derrotada por la aragonesa, lográndose cortar los suministros de los ejércitos franceses en aquella Cruzada.
Pedro III "El Grande", vencedor sobre los franceses durante la llamada "Cruzada Aragonesa".
Tras el retroceso de Alfonso III al abandonar el reino de Sicilia, su hermano y sucesor, Jaime II, se decidió en conservar la isla, dejando a su hermano y lugarteniente Federico en el lugar, quien sería coronado como Federico III. La lucha entre los mismos hermanos hijos de Jaime el conquistador y contra los franceses terminaría tras la paz de Caltabellota. Dicha paz dejó ociosas a los guerreros almogávares, decidiendo el monarca de Sicilia emplearlos en una campaña en auxilio al soberano del Imperio Bizantino, Andrónico Paleólogo, asediado por los turcos que amenazaban Constantinopla. Las fuerzas expedicionarias salieron en una flota de 36 naves que embarcaban 4000 almogávares, 1000 peones y 1500 caballos, fueron inicialmente recibidas con un alivio salvador. Pero los problemas surgieron apenas arribadas (septiembre de 1303), con los genoveses establecidos en Constantinoplas, al haber un conflicto de intereses económicos entre genoveses y aragoneses. Los almogávares masacraron a unos 3000 genoveses, a los que llamaban “los moros blancos”.
Pero luego de este lamentable hecho, y a pesar de su constante indisciplina, comenzó la gran gesta aragonesa en la región, con sucesivas victoria sobre los turcos, gracias a la previa experiencia de los almogávares enfrentando en España a los sarracenos, en particular a caballería de estos. “La Gran Compañía” como se les conocía, obtuvieron las victorias de la batalla de Río Cízico donde los los almogávares atacaron por sorpresa el campamento de turcos oghuz situado en el cabo de Artacio, matando a unos 3.000 caballeros y 10.000 infantes y capturando a muchas mujeres y niños. La ciudad de Filadelfia fue liberada en la batalla de Germe y de Alaux (1304), luego vendrían más victorias, logrando llegar hasta la cordillera del Tauro. Todas estas victorias fueron logradas además por la experiencia de Roger de la Flor, que era un caballero Templario.
Almogávares desfilan triunfantes en Constantinopla.
Pero la recelosa envidia bizantina tramó una intriga, en la que fueron asesinados Roger de la Flor y demás jefes almogávares. Los supervivientes cometieron atroces represalias (en lo que se conoce como “la venganza catalana”) y posteriormente, en sus correrías por Grecia continental fundaron en 1313 los ducados de Atenas y Neopatria, feudos de Sicilia y luego de la Confederación Catalano-aragonesa, que se conservaron hasta que Constantinopla cayó en poder de los turcos a mitad del siglo XV.
Podemos concluir que, gracias a su infantería ligera y su habilidad para derrotar a los caballeros franceses y a la infantería sarracena y turca, además de sus innovaciones tácticas en la guerra naval, los catalano-aragonesas iniciaron lo que luego sería el gran Imperio español, desde que Jaime I conquistó Mallorca. A pesar de que los territorios en Turquía y Grecia se perderían poco después, los territorios en el sur de Italia se mantendrían por un buen tiempo, mientras que el nuevo reino de Castilla y León se dedicaría más a la expansión Atlántica y en América, luego del matrimonio de Fernando de Aragón con Isabel de Castilla.
Gaetano La Spina
Bibliografía
Grimberg Carl. Historia Universal, La Edad Media.
Bennet, DeVries, Jestice. Tñecnicas bélicas del mundo medieval.
Historia de Bizancio. Editorial Crítica.