En 1914 se distinguieron 4 subespecies de Cabra Montes en la península Ibérica, fue Cabrera quien basándose en el diseño del las manchas negras en el pelaje de los machos adultos, en el tamaño de sus cuernos y en el tamaño total, así como las diferentes espesores de pelaje en las distintas subespecies, el que realizó la siguiente clasificación:
Bucardo del Pirineo - Capra pyrenaica pyrenaicaCabra montes del NorOeste de Iberia - Capra pyrenaica lusitánica (Extinta en 1890)
Cabra montes de Gredos - Capra pyrenaica victoriaeCabra montes del SurEste de Iberia - Capra pyrenaica hispanicaDesde 1995, los análisis genéticos realizados a las subespecies, determinaron una importante diferencia entre el Bucardo y el resto de las subespecies.
El Bucardo era la Cabra Montes con mayor longitud de cornamenta en los los machos y con un mayor grosor en la base de los mismos, hecho que ha contribuido a su extinción, debido a ser un codiciado trofeo de caza.
Juan Seijas, responsable del seguimiento de la última bucarda viva, contó de esta forma a Alfredo merino en entrevista para el mundo como fue testigo de la desaparición de la especie, el 6 de Enero a más de 10 grados bajo cero, cuando conectó su receptor de radio tracking:
«Cuando recibes esa señal sabes que algo grave ha pasado. Que el aparato se ha roto, que el collar está abandonado en el suelo o, lo más probable, que el animal ha muerto…Temblaba como una hoja, pero no quería ni pensar en ello. Localicé la señal muchas veces, pero siempre era igual. Quería creer que el sensor de mortalidad se había estropeado, cosa que no me ha ocurrido nunca. Siempre que lo he oído, el bicho estaba muerto»
«El animal estaba de miedo: el último día que la vi fue el 28 de diciembre y estaba redonda como una pelota, comiendo…Allí estaba, congelada, debajo de un abeto gigantesco que se había desplomado sobre ella. Tenía un cuerno roto y el cráneo fracturado y es casi seguro que la cogió cuando descansaba. Por la posición de las patas es posible que se diera cuenta en el último momento e intentase escapar»
Un Abeto enorme acabó con Laña, el último bucardo, una muerte natural para una especie que sufrió tanto la caza furtiva, en la extinción del bucardo han participado muchos factores, la caza ilegal, las molestias causadas por la masificación turística, la competencia con el sarrio, la endogamia, las enfermedades, y especialmente la combinación de todas ellas.
Aunque se han intentado intentos de clonación, por el momento todos han sido fallidos.
Fuente:
http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article1116
http://www.elmundo.es/elmundo/2001/01/08/ciencia/978937696.html