Incremento del tamaño de los bebes en las especies antecesoras del Homo sapiens Imagen: Gráfico donde se compara la masa de recién nacidos de distintas especies cercanas a nuestra línea evolutiva en comparación con el peso de las madres. En el eje de la abscisa los registros del peso de la madre y en el de ordenadas el peso de los recién nacidos, a la derecha en la parte superior la leyenda para las distintas especies sobre las que se ha realizado el estudio | Vía PNAS
Desde hace tiempo se pensaba que nuestros recién nacidos eran más grandes proporcionalmente que los de nuestros ancestros extintos de nuestro árbol evolutivo más cercano. Comparando nuestros bebes con los de los grandes simios actuales como el chimpancé por ejemplo, esta idea se confirma, los seres humanos dan a luz neonatos de aproximadamente un 6% de su masa corporal, en comparación con aproximadamente el 3% de los chimpancés, a pesar de que los pesos cuerpo de la mujer de las dos especies son relativamente equivalentes
Las implicaciones de tener un bebé relativamente grande, tanto antes como después del nacimiento tiene consecuencias importantes para las estrategias de parto, los sistemas sociales, la energética, y la locomoción.
No está claro cuando se dio el paso de dar a luz bebés grandes en la historia de la evolución humana. En un intento por descubrir cuando ocurrió este importante paso evolutivo, Jeremy M. De Silva ha publicado un estudio bajo el título A shift toward birthing relatively large infants early in human evolution, en la revista PNAS, donde expone los resultados de sus investigaciones.
Para las estimaciones de los homínidos extintos se han tenido en cuenta diversos factores, como la relación entre el volumen cerebral de los adultos, y los bebes. La masa corporal neonatal en los antropoides se utiliza para estimar el peso al nacer de los taxones de homínidos extintos. Estas estimaciones se vuelve a muestrear con mediciones directas de fósiles de homínidos hembras y también se han comparado con las estimaciones de la masa corporal femenina actual para comparar cómo ha evolucionado, para ello utiliza un índice del ratio de la masa de la madre (IMMRs).
Los resultados de este estudio sugieren que hace 4.4 millones de años de edad, los
Ardipithecus tenían un IMMRs similar a los encontrados en los simios africanos, lo que indica que un IMMR bajo es la condición primitiva de los homínidos. Los
Australopithecus sin embargo son los primeros que muestran un incremento en el IMMR, y se estima que los bebes
Australopithecus tenían un peso que era superior al 5% de la masa corporal de su madre.
Sabemos que los
Australopithecus tenían doble locomoción, arborícola y bípeda. Tener bebes proporcionalmente tan grandes puede limitar la capacidad arborícola, prefiriendo la locomoción terrestre, por lo que se apunta que los crecientes niveles de cooperación en los cuidados de las crías, vitales para su supervivencia puede tener sus raíces en los australopitecos más que en nuestro propio género Homo.
Fuente:
A shift toward birthing relatively large infants early in human evolution
Los homínidos remotos ya tenían crías grandes
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