Creo que el título es el más acertado, porque queda claro que la intención en este entramado de despropósitos era este, el de trastocar los acontecimientos ocurridos en el pasado, los motivos pueden ser de todo tipo desde nacionalistas a puro afán de protagonismo Histórico, o quizás económicos.
Un equipo de arqueólogos dirigido por Eliseo Gil presentó a la prensa en junio de 2006 las más antiguas inscripciones en euskera y el primer Calvario de la Historia, grabados en fragmentos de cerámica de los siglos III y IV desenterrados en ese lugar. Decían tener las pruebas que confirmaban tan extraordinarias afirmaciones. Ahora, el comité de expertos que ha estudiado durante meses las piezas del yacimiento alavés ha dictaminado que no hay pruebas que avalen lo sostenido por Gil y sus colaboradores.
Los informes elaborados por un comité multidisciplinar fueron demoledores. Científicos expertos en lingüística, historia antigua, arqueología, química y filología, echaron por tierra todos los hallazgos.
De acuerdo a los informes, las cerámicas recogen nombres de filósofos del siglo XVII como Descartes, dioses inexistentes, sirenas, nombres contemporáneos, inexistentes hasta pasado el siglo, e incluso piezas unidas con pegamento instantáneo.
La Diputación Foral de Alava expulsó a Eliseo Gil y a la empresa encargada de las excavaciones del yacimiento y El 5 de diciembre de 2008 la Diputación Foral de Álava presentó una denuncia ante la fiscalía de Vitoria contra la empresa Lurmen SL por un presunto delito de ataque al patrimonio cultural.
El dibujo del Calvario supuestamente encontrado en el yacimiento alavés fue datado en el siglo III, sin que existiera ninguna otra ilustración gráfica tan temprana de la muerte de Jesucristo ni ninguna evidencia hasta la fecha de que el cristianismo hubiera llegado tan pronto a la zona.
Sin embargo, existían en este objeto ciertas características que hacían dudar de su autenticidad, una de ellas y quizá la más resaltante es que en lo alto de la cruz figura en vez de la clásica inscripción INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum – Jesús de Nazaret Rey de los Judíos, tal y como lo mandó a escribir Pilatos), en la imagen se muestra la palabra RIP, que quiere decir “Requiescat In Pace” o “Requievit in Pace”, Descansa en Paz.
Según Almagro Gorbea, esto es lo más cómico del caso, no sólo por el error de confundir INRI por RIP, sino que el sólo hecho de decir que “descanse en paz”, significaría que Cristo habría muerto, y eso en sí mismo, sería una herejía para la Iglesia Católica y el cristianismo en general.
Además, las primeras inscripciones en euskera conocidas hasta la fecha están datadas en el siglo XI y se encuentran en territorio riojano en San Millán de la Cogolla. Sin embargo, el descubrimiento de los conjuntos epigráficos de Iruña Veleia adelantaba en varios siglos el rastro de la lengua vasca.
En su informe, los científicos explican que las inscripciones en euskera resulta "inverosímiles e imposibles" por recoger términos no conocidos hasta el siglo XV. La representación del Calvario es falsa, añaden, porque recoge cruces vestidas, "crucifijos", y "el elemento cruz no es compatible en un periodo tan antiguo que no aparece hasta la segunda mitad del siglo V".
Asimismo existirían palabras mal escritas y otros errores históricos como es el caso de la inscripción “Nefertiti” en referencia a la reina Egipcia, pese a que históricamente, la soberana sólo fue conocida por ese nombre por una convención de los egiptólogos a partir del siglo XIX, y así con el resto de los descubrimientos epigráficos del periodo Eliseo Gil.
Fuente:
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El Correo Digital
Terra - Ciencia