Homo Sapiens, La primera especie sensible a la Belleza
Imagen del
El Caballo Salvaje de Vogelherd con una edad de entre 32.000 y 35.000 años pertenece al periodo Auriñaciense.
Hoy Eudald Carbonell en su blog, nos habla del último artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) por su amigo Camilo José Cela Conde, donde nos viene a decir que los Sapiens somos los primeros estetas de la historia.
En ese texto explica cómo su equipo, utilizando la magnetoencefalografía, ha podido contrastar que en la parte del cerebro denominada córtex prefrontal dorso lateral izquierdo es dónde los humanos capturamos la belleza del exterior.
Lo han comprobado con una muestra de mujeres, puesto que éstas retienen mucho mejor las imágenes que los hombres y tienen más sensibilidad operativa. Para evitar introducir variables sexuales se les ha sometido a pruebas visuales de obras artísticas impresionistas y postimpresionistas, así como a paisajes urbanos y rurales. El resultado es que la parte del cerebro mencionada aumentaba su actividad eléctrica.
Este dato nos da una información interesante sobre la evolución de nuestro género, el Homo. Las primeras muestras de arte consolidado y sin lugar a dudas se dan en el Paleolítico superior (ver
Los Orígenes del Arte ), donde el arte se socializará de la mano del Homo sapiens.
Es lógico pensar que para llegar a tener en el cerebro una estructura que capture la belleza y desarrolle el pensamiento abstracto ha tenido que pasar mucho tiempo. La belleza ha sido seleccionada positivamente, lo que indica que tuvo que tener una función importante en el proceso de adaptación de la humanidad. Seguramente, las capacidades de pintar, esculpir y grabar sirvieron para incrementar la sociabilidad de nuestra especie.
Sabemos que los primates no disponen de capacidad para captar la belleza. Aunque se ha humanizado a algunos chimpancés para que pinten, lo que hablamos va más allá de los trazos que un animal pueda llevar a cabo sobre un soporte.
Podríamos decir que la belleza es un producto y una adquisición humana.
Fuente:
El Mundo – Blog Sapiens